viernes, 2 de abril de 2010

LA EXISTENCIA DEL ALMA


La Existencia del Alma

Elizabeth Varga Ramírez

De la pagina Humanismo Nueva Conciencia
http://www.humanismonuevaconciencia.com

La ciencia por lo general, y desde siempre, ha ignorado todo tema que tenga que ver con la existencia del alma, a pesar de ello la pregunta continúa latente… ¿Quiénes en realidad somos? Mientras que este dilema se define sin que se traiga a la palestra pública, y para no entrar en polémicas, la mayoría de los profesionales hacen referencia a la conciencia, que no se ve al igual que el alma, relacionándola con el sistema nervioso; hablan de la mente que no se ve, vinculándola con el cerebro; analizan las emociones y los sentimientos que no se ven, explicando el funcionamiento de las glándulas endocrinas; evalúan el carácter que tampoco puede verse, relacionándolo sólo con la mala conducta; estudian la personalidad y la reducen al cuerpo.
La palabra alma, al ser una palabra ACIENTÍFICA sólo puede ser utilizada por los pastores, sacerdotes, maestros, filósofos, religiosos, feligreses,… Lo que la mayoría no conoce, es que su conformación es parte del secreto mejor guardado del mundo, siendo a su vez la base que define todo lo que existe.
En la actualidad y debido a la gran insatisfacción que existe por lo que a diario sucede, el número de personas que se han atrevido a definirla ha aumentado, razón por la cual podemos encontrarla en diferentes bibliografías con una infinidad de nombres, que generalmente se encuentran relacionados con el lenguaje de las energías, además del lenguaje de la física cuántica y con el lenguaje espiritual que define la Nueva Era. Son nombres tales como: Campo Energético, Aura, Manantial de Energías, ADN Espiritual, ADN Energético, Partículas Elementales, Sustancia Básica, Energía Oculta, Energía del Uno, Energía Chi, Yin Yang, Principio Universal, Burbuja de Energías, Energías Inherentes, Factor Elemental, Energía Dinámica, Configuración Energética, Energías en Evolución, Firma Energética, Esencia Individual, Conciencia Individual, Subconciente, Carácter, Alma en Evolución, Divinidad, Dios, Universo, “Yo Soy”,…
Debido a esta urgente necesidad por enmarcarla dentro de un concepto, el Alma Individual o la Conciencia en Evolución, puede ser definida como un conjunto de energías que se han estado utilizando de manera individual a través de todos los tiempos. En ocasiones estás energías, se han tergiversado, así como también se han desvirtuado, quizás reprimido y/o mal usado. Este inadecuado uso recae bajo la responsabilidad del Alma o la Esencia que ha estado distorsionando su configuración individual, motivo por el que el universo siempre estará “organizando a su manera” los eventos necesarios que podrán hacer posible el llevarlas al equilibrio con el fin de que sean liberadas. Ellas, cuando alcanzan ese perfecto equilibrio, ya no tendrán la necesidad de reencarnar o de atraer nuevas experiencias de vida, terminando en consecuencia con el ciclo de nacer y morir, entendiéndose con ello que nada de lo que ocurre es fortuito, casual ni al asar; lo que trae a colación unas palabras Albert Einstein: “No creo que Dios juegue al asar con el universo”.
Esta configuración individual en constante cambio se convierte en una Firma Energética Individual, que si existieran los instrumentos adecuados, se pudiese captar una especie de patrones, los cuales en su conjunto son los que conforman una especie del ADN de tipo Energético. En dicho ADN se encuentra “escrito” lo que hemos sido, lo que somos en la actualidad y lo que seremos, así como también se encuentra escrita la fecha en que ocurrirá su respectiva liberación, recordando con ello que la energía no se crea ni se destruye, sólo se transforma.
Este concepto que para muchos puede que parezca como el drama de una película de ciencia ficción, es una realidad y mientras más posterguemos y censuremos el entendimiento de este tema, más lejos estarán las soluciones a los problemas que en la actualidad vivimos.
Nuestro ADN Energético guarda un sin número de “memorias”, también en forma de energías, que influyen fuertemente en nuestra manera ser y de actuar. Son patrones que se expresan en forma de conducta, las cuales al estarse repitiendo una y otra vez, expresan las cualidades de nuestro carácter. Son cualidades que se han estado arraigando durante muchos años, inclusive también durante un sin número vidas a través de un sin número de acciones ejecutadas generalmente de manera irresponsable.
En ocasiones hemos tenido la creencia que en nuestra personalidad no se encuentran ciertas “malas” cualidades, sin embargo y en el momento y en el lugar menos indicado se manifiestan sin ningún control,
entonces ¿por qué se manifestaron?, sí suponíamos que no éramos así; e ahí el dilema…
Estos desordenes en nuestra conducta, ocurren debido a nuestra ignorancia y por sobre todo, por el rechazo a conocer este tipo de temas que explican definitivamente quiénes somos y qué hemos estado haciendo con nuestra existencia. Son memorias que al hacerse visibles a su manera, son las que en definitiva describen nuestra personalidad.
Ellas, son una especie de patrones que durante muchos años nos han llevado a repetir pautas que en la mayoría de los casos no deberían ser manifestados. Muchos de esos rasgos que hoy nos describen, quizás pertenecen a los hábitos desarrollados y fortalecidos en un pasado muy lejano. Son cualidades que no creemos tener, y sin embargo se ponen de manifiesto, repitiéndose con ello una serie de conductas y/o experiencias, en las cuales nos vemos también vinculados con determinadas personas y circunstancias que nos obligan a manifestarlas, queramos o no.
Cuando comenzamos a percibir la existencia humana de esta manera, nos damos cuanta que todo lo que sucede no es más que oportunidades que revelan una Frecuencia Energética que describen el nivel de su desarrollo. Es por este motivo que nadie debería mentirle a otros, al fingir una forma de ser, pues su configuración, de alguna manera siempre estará revelando el estado en que ellas se encuentran.
Muchos individuos todavía en la actualidad persisten en imponer personalidades que no le corresponden, pero cada vez más y más personas están desarrollando ciertas capacidades que les permiten percibir la realidad. Son habilidades con las que sienten el Alma Individual o el Campo Energético de otros, percibiendo con ello lo que en verdad sienten, piensan, hacen, hablan,… En otras palabras, lo que están percibiendo es la configuración individual que funciona en cualquier parte como un patrón conductual o una firma operacional con la que se identifica cada ser.
Todos somos diferentes, porque cada uno tiene su propia firma que no es más que una serie de niveles individuales en cuanto a manifestaciones de energías a los que les hemos colocado un nombre y a la vez los hemos agrupado definiéndolos, si creemos que son “buenos” valores humanos, y en caso de creer que son “negativos”, los agrupados como antivalores, pero en sí son sólo nombres que describen niveles de manifestaciones de energías: amor, verdad, paz, rectitud, disciplina, bondad, confianza, o…, pereza, odio, repulsión, mentira, desconfianza, abuso, conflicto, adulancia,…
Al comprender el tema del lenguaje de las energías, cada individuo puede ir activando concientemente las cualidades que debe fortalecer siempre en la búsqueda del equilibrio en su manifestación que nos lleve finalmente a una pacífica convivencia colectiva.
Por otra parte, y también al entender que el planeta es un organismo vivo, si no cambiamos nuestra frecuencia operativa, que en su conjunto conforma la frecuencia operativa de todos sus habitantes, entonces el mismo planeta lo seguirá haciendo por sí mismo. Es esa la razón por la que estamos experimentando tantas tragedias, inseguridad, sufrimiento y dolor, tanto dentro de nosotros mismos como en nuestro entorno. Lo que está ocurriendo son sólo pretextos del universo para hacernos entender y así darnos cuenta de lo que en verdad somos, y que con nuestra transformación, comencemos a expresarnos como debimos haberlo hecho desde siempre, siendo coherentes seres humanos. Es un proceso evolutivo conciente que se basa principalmente en responsabilizarnos por nuestras acciones, y con ello convertirnos en dignos ejemplos a emular.
Por lo tanto, el “Despertar de Conciencia” no es más que la elevación de la frecuencia vibratoria de nuestros campos energéticos hacia dimensiones más elevadas, entendiendo con ello que somos parte de un todo, siendo esta la razón por la que estamos íntimamente interconectados en niveles muy profundos, lo que nos hace ser interdependientes con una perfecta atracción de lo uno con lo otro, lo que conlleva finalmente a la existencia y el funcionamiento del universo.
En consecuencia y según esta argumentación, cuando se discute sobre lo “bueno” y lo “malo” de la educación, la gran mayoría no ha tomado en cuenta que la “calidad de la conducta ciudadana colectiva” es la mejor evidencia del errado enfoque educativo en cuanto a qué y cómo se ha estado educando desde que el mundo es mundo. Tampoco se ha analizado, que la conducta de los políticos que hoy dirigen cada país y el mundo entero, así como la de los servidores públicos, la de los comerciantes, la de los empresarios, prestadores de servicio, docentes, abogados, ingenieros, administradores, amas de casa, religiosos, y en general la de todos los ciudadanos, incluyendo la de los corruptos, los delincuentes, los asesinos y los secuestradores, son las mejores muestras de la inviabilidad de la misma. Todos hemos sido “educados” dentro de los mismos parámetros.
¿Cuál ha sido el error? El error radica en el enfoque que se le ha dado desde tiempos inmemoriales. La meta “subliminal” indirecta, siempre ha sido, y sobre todo en las últimas décadas, la de formar los futuros trabajadores y profesionales que ocuparán los puestos de trabajo del mañana, olvidando que el principal objetivo debería ser: “El desarrollo y fortalecimiento de la esencia humana inherente en toda persona”. Mientras persista la idea, de que educar es simplemente la acumulación de una gran cantidad de información impartida durante años, sea del tipo que sea o venga de donde venga, no se podrá avanzar en la corrección de la gran cantidad de problemas que a diario sufrimos: desidia, mentiras, irrespeto, pereza, corrupción, delincuencia, odio, exclusión social, violencia, asesinatos, inseguridad, inmoralidad, indiferencia, desigualdad, falta de participación, irresponsabilidad, cinismo, soberbia, abusos, injusticias, autoritarismo, ineptitud,…
Una buena educación debe ser el resultado de la transformación de los hábitos y del carácter para la formación de excelentes seres humanos. Ella debería estar enfocada en el “Despertar de la Conciencia”, para que más adelante, su “Calidad”, pueda ser probada en cada una de las acciones ejecutadas. Pero, para “arreglar” el error, debemos comenzar por el principio y en todo caso, entender cómo funciona, cómo ha de hacerse y sobre todo definir ¿qué es el alma?
Por un mundo mejor

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