martes, 15 de febrero de 2011

MAS ALLA DE LA MENTE ESTA EL SER
Hablemos del Ego

Y esto es el ego: Un reflejo emocional de lo que piensas, piensan y te enseñaron a creer de ti. Nos referimos al condicionamiento recibido, acumulado y auto extendido durante toda tu vida. Un condicionamiento del cual no eres consciente, con el cual estas profundamente identificado y te parece de lo más normal. Soltarlo se convertirá en un verdadero desafío para ti, nadie sabe cuanto depende de algo hasta que trata de vivir sin ello.

El ego es tu enemigo? ... El verdadero ser solo se puede llegar a conocer por medio del falso. Solo se puede llegar a conocer lo real a través de la ilusión. No puedes acceder a la verdad en forma directa.

El asunto del ego no se debe percibir como una bestia que nos acecha para cazarnos. El ego es un sistema que sirve para cumplir un propósito; “Canalizar nuestra energía interior para convertirla en experiencias” - es la estructura que nos dota de los medios, es la herramienta que sirve como enlace entre dos mundos. Es el vehículo de transporte para que el espíritu y tu alma puedan acceder a este plano dimensional. El ego es el programa que te permite interactuar con el mundo de la forma y la materia.

Entonces cual es el problema con el ego? … Que tienen de malo sus creaciones o conjunto de ideas o valores?

Cuando una persona carece de la consciencia de su centro original, busca y se le provee de otros elementos que le brinden una personalidad sustituta, nadie puede operar sin una identidad. Quien experimenta una crisis de personalidad se puede sumergir en un profundo dolor existencial con deseos hasta de morir. La apatía y la depresión son algunos ejemplos.

Si hacemos un reconocimiento más profundo; El ego es algo que no podemos dejar de usar. Este nos brinda la estructura, el problema reside cuando nos identificamos con cierto tipo de roles que no están alineados con nuestro núcleo. Nuestra vida conforme se va desenvolviendo define sus creencias, sus valores y principios que le gobiernan. Nadie se puede salir de esta dinámica. “Nadie puede operar sin una identidad.”

Hablando con más propiedad, el ego es un producto de la mente, esta última es el autor intelectual de todo lo que nos acontece y como le percibimos, de lo que sentimos y creemos ser.

Cuando la actividad mental carece de gobierno (consciencia) puede crear identidades disfuncionales, enfermizas y nocivas. A eso le solemos llamar el ego.

La mente suele proporcionarnos ideas interminables acerca de lo que debemos creer, nos satura de necesidades, nos demanda una continua búsqueda de la felicidad que no termina, nunca, no permite que estemos satisfechos con lo que contamos en el presente. Y si lo logramos en algún momento, vivimos con el miedo de perderlo. O simplemente se acabe. La mente sin dirección se convierte en un hoyo negro sin fondo. Siempre nos empuja a desear más. Absorbe toda nuestra energía y nos debilita para estar en paz en el presente.

No olvidemos que el ego aunque se trate de un producto de la mente, es indispensable para el reconocimiento de nuestra existencia y para poder canalizar la energía del corazón. No podemos materializar nuestra energía si carecemos de enfoque. De ahí se desprende que el concepto del ego solo se vuelve un problema cuando carece de comprensión. Cualquier persona necesita contar con una personalidad egótica para tomar consciencia de su existencia y posteriormente de su núcleo.

Siempre que alguien se perciba como algo pensante demandará una identidad. La mente no puede vivir sin identificación con algo, de ello depende su supervivencia, si la mente no tiene un marco de referencia que le brinde sentido a la percepción de su presencia, esta se puede colapsar. Un cuerpo sin mente se convierte en algo vegetal, estático, sin capacidad operativa para crear. Una mente sin acceso a la consciencia del ser se puede convertir en algo limitante, controlador y destructivo.

Cuando la mente cumple con su verdadero fin es el constructor mediante el cual tenemos acceso a nuestro ser verdadero, al que solemos llamar alma o espíritu. Por otra parte la mente crea todas nuestras identidades, trátese de las constructivas que brindan gozo o las disfuncionales que otorgan placer momentáneo.

Cuando hablo de la mente, suelo referirme al instrumento que nos brinda un conjunto de ideas que alimentan la percepción de nuestra existencia. El ego es un producto de la mente y a su vez nos permite relacionarnos con todo, con nosotros mismos y el mundo que percibimos. Le relación con nosotros mismos, es el origen de todo lo que nos acontece.

En todo momento estás eligiendo y decidiendo crear y experimentar algún aspecto de tu identidad… Y son tus aparentes relaciones con los demás las que te permiten conocerte a ti mismo en tu propia experiencia. Una ilusión te hace creer que te relacionas con otros, pero esto no es posible... En todo momento te estás relacionando contigo mismo en presencia de otros.

La gran consciencia te revelará que todo daño recibido es auto infringido porque tú eres el origen de todo cuanto experimentas. Tu mundo físico es un reflejo del emocional. Tus emociones determinan la forma como te relacionas en la presencia de otros.

Recordemos y tengamos presente lo siguiente consideración: “La mente es el constructor, el ego su producto, las emociones su manifestación”. La mente y el ego están asociados, son los que permiten la expresión de tu alma, esta última se identifica con las emociones.

Cuantas veces has sentido que una canción, la presencia o mirada de alguien te transporta a un amor de otra vida que tratas de reconocer.

Te das cuenta?... el ego no es cualquier cosa, su papel es vital. Así te sientas el ser mas amoroso, noble y servicial del mundo, no dejas de asumir una identidad egótica (un producto de la mente); No puede dejar de sentir e identificarte con algo, pero si comprender lo que sucede en tu interior para recuperar tu poder de elección.

Entonces podemos asumir que las identidades no son la razón de la infelicidad, sino las propias interpretaciones y valor que les otorgamos. Nuestro grado de identificación con las identidades falsas y nocivas es el principal obstáculo para el desarrollo de la consciencia y el crecimiento en el amor.

La mente solo te puede brindar una percepción de la existencia, suele llenarte de identidades falsas para cubrir la ausencia de la presencia consciente del ser.

Para obtener el reconocimiento de tu presencia y de esta forma acceder a la comprensión de tu verdadero origen y núcleo, necesitas estar en el presente. Debes tomar las riendas de este caballo para que no te arrastre a su antojo.

Existen muchos prejuicios e incomprensión en torno al papel que desempeñan la mente y su producto (el ego). A este último le hemos tiranizado y hecho responsable de nuestra desdicha, le miramos con desprecio y coraje. Nos indigna su presencia pestilente y repulsiva. Nos atemoriza entrar en contacto con él, se nos han dicho que es muy infeccioso. Es así como ha nacido la necesidad de crear divisiones y barreras entre nosotros, tenemos que cuidarnos del ego contagioso.

El concepto de mente y ego se deben considerar como asociados, de igual forma que el concepto del Ser con el de Espíritu. El concepto del Alma no debiera percibirse como parte del espíritu, ya que ella se alimenta de la actividad de la mente, es uno de sus aspectos proyectado a largo plazo, durante muchas vidas, es de ahí de donde surge la sensación de que se trata de una presencia sutil que siempre nos acompaña y por ello la identificamos como el espíritu. El espíritu nos brinda la sensación de unidad, el alma de separación.

El alma suele ser como el disco duro de la mente, es su archivo inter dimensional. En muchos escritos podrás apreciar que el término de alma se usa indistintamente al de espíritu o del ser, ciertamente no importa, todos a fin de cuentas tratan de transmitir una misma idea… “La presencia de algo que está más allá de la mente.”

Regresando al tema de los ámbitos; La percepción de la existencia también entra en el radio de la mente, solo que esta es de corta duración(es la memoria ram). Finalmente te puedo decir que la mente es la responsable de que todas las experiencias que adolecen de comprensión queden grabadas en el alma como tráumas, mientras tanto, todas las que denotan amor, integración y paz en el espíritu.

Mediante un proceso llamado los registros akáshicos, ambas son transferidas de una vida a otra para darle continuidad a tu proceso evolutivo. Toda esta información se halla contenida en tu ADN actual. Las células tienen una memoria emocional y puedes acceder a ella a través de las capas interdimensionales del ADN para sanarte milagrósamente.

Pasemos a otro punto. Hemos hablado la importancia de la mente, ahora te comentaré de cómo se originan sus disfunciones. La mente la puedes ver como un software diseñado con el propósito de brindarte completa libertad creadora en ambas direcciones. Ella puede operar fuera de la energía creadora del amor y dar origen a un mundo de dualidad.

Te das cuenta que todo lo que crees saber con respecto al mundo, lo que experimentas y percibes como tal, proviene de tu mente?

Deseas saber en donde se encuentra el origen de la dualidad?… Te lo acabo de responder.

Todo esta en tu mente, Lo puedes creer?... Ciertamente que no… Nunca lo habías visto de esta forma… Es imposible... Te escucho decirlo, pero es así… Es tan difícil de creer?... Vives en una prisión creada por la mente, ella se ha encargado de que parezca muy real, no tienes referencias, ni experiencias o percepciones que sostengan lo contrario. Solo conoces una cara de la moneda.

Este software abarca otro aspecto inquietante... Si nadie lo detiene, hasta donde puede llegar su poder, hasta donde se puede extender su capacidad creadora o destructiva?

Y todavía hay mas en que pensar… Si se trata de un programa, también es susceptible de ser infectado por toda clase de virus mentales. Qué sucede en estos casos?… Quiere una respuesta? … Te daré un par de ejemplo: “Mira a tu mundo y te verás a ti.”

Ahora sabes que navegar por esta realidad no te garantiza bienestar y seguridad alguna si te mantienes en un estado de inconsciencia con respecto a tu origen. Eres un puerto abierto y como tal, presa fácil de todo tipo de disfunciones y anomalías mentales presentes en tu medio.

No es de extrañarse que la propagación de un virus pueda entenderse en cuestión de minutos para sumergir a una sociedad completa en un inframundo lleno de impotencia y temor.

Tampoco es de sorprenderse que vivas dentro de una red infectada en donde las anomalías se han convertido en la norma a seguir. Formas parte de un mundo disfuncional. Estas totalmente identificado con él y no sabes lo que estar fuera de este estanque.

Seguramente te has de preguntar:

Cómo pudo ser posible que se llegara a esta situación, si la mente tan solo es una herramienta, un vehículo, un medio o estructura para la consecución de un fin?

La mente ciertamente es una herramienta y el ego su producto, pero a falta de consciencia se puede convertir en una necesidad personal y social adictiva que te provee de falsas identidades que te esclavizan y alejan de la verdad de tu ser. Cierta moral basada en las diferencias, el temor y los castigos es un ejemplo de ello, implica proveerte de una identidad (ego) que te permita encajar y desenvolverte en una sociedad, aunque una parte de tu ser te diga que todo eso encierra mentiras y ausencia de amor.

Un fanático religioso que en nombre de su dios se siente superior, miente, persigue, mata, encubre y desea controlar, es un producto de la mente disfuncional. Es un ego lleno de confusión y temor.

Toda tu vida te has formado una idea de lo que debes ser en base a lo que te transmiten los demás. Si te fijas bien, tienes pocas experiencias que se puedan reconocer como tuyas por su originalidad e independencia del saber o pensar de otros... Hay algo malo en ello?

Pocas veces te atreves alterar un orden establecido o romper una norma social arraigada.

Dime en lo que crees y te preguntaré - Qué tanto le puedes desafiar sin sentirte mal?

Te daré un ejemplo sencillo: Serías capaz de salir a la que calle y pedir comida fiada, soportarías la vergüenza de tu ego, es decir no te afectaría lo que pensaran de ti ya que se trata de una persona exitosa, responsable, madura, independiente y solvente?

Aquí tienes un excelente ejercicio para percibir, reconocer y medir tu condicionamiento real, tu dependencia o adicción a la identidad egótica que te gobierne.

Sabías que cuando dejas de juzgar y valorarte por alguna situación o proceder, estás dentro de los albores de la verdadera iluminación?

Tu vida suele alimentarse de toda clase de energías externas, porque es de ahí donde alimentas tu identidad. Pocas veces volteas a buscar en tu interior. Te dices a menudo, no hay nada, no hay nadie a quien escuchar, que cosa buena puedo hallar. Piensas, todo lo verdadero existe fuera de mi. Comenzando por dios, la religión, tu esposa e hijos, tu familia, la profesión, el carro, etc. Todo lo que le da sentido a tu vida se encuentra fuera de ti. A otros les corresponde darle forma a tu centro. A tu moral, a tu identidad, a tu estilo de vida y creencias.

Eres un ser desconectado de su identidad real. No sabes que tienes tu verdadero centro, y que este no es asunto de los demás. Es una experiencia que no conoces. Sin embargo es algo con lo que ya naces. Siempre te acompaña. Nadie la puede separar de ti, pero si ocultar. Has perdido la consciencia de “Tu Verdad”.

Entonces nos enfrentamos a la siguiente cuestión: Te hablo de que tienes dos centros…

Uno con el que naces, que te es dado por el ser mismo, por el espíritu, por el origen, por tu fuente, pero de la cual permaneces desconectado.

Por otra parte estás acostumbrado a otro centro que te es brindado por la sociedad donde te encuentras insertado, te resulta familiar pero encierra un gran inconveniente, te hace muy vulnerable y dependiente, áltamente reactivo y adicto a los estímulos. Te frustra con frecuencia. Te mantiene tenso y con temores por perder algo. Te hace irritable siempre que no suceden las cosas como lo deseas. A este conjunto y más situaciones le puedo llamar “los frutos del ego sustituto o tu identidad falsa.”

Notaste que no es fácil percibir de un engomado en donde comienza la unión de lo que cubre. Pareciera una sola a golpe de vista, no se nota la separación. Sin embargo cuando comienzas a frotar con la yema de los dedos, puedes percibir la ligera presencia de algo más. Si sigues concentrando tu atención, comienza a desprenderse la película de la superficie para permite percibir con más claridad lo que se encuentra en el fondo. Algo similar sucede con tu verdadero centro, siempre a estado ahí, pero no lo has notado. Te invito a remover la cubierta de la identidad falsa.

Has notado como a través de tu ego actual se cuelan toda clase de desdichas?

El falso ego no puede hacerte feliz; sólo puede hacerte desdichado. Te cautiva con sus promesas de un futuro mejor, al final de cierta etapa te defrauda. Suele distorsiona la realidad. El ego se puede convertir en un infierno. Cada vez que sufras, trata de observarte, descubrirás que en algún punto, tus ideas con respecto a un tema son la causa del sufrimiento. Son tus interpretaciones e identificación con creencias falsas. El ego siempre encuentra razones para hacerte sufrir. Te brinda excelentes argumentos. Se especializa en retratarte como una víctima que padece de las injusticias.

El ego te roba la libertad y el poder que te corresponden en tu verdadero centro. Siempre que quieras reconocer su presencia, bastará con que percibas sus intentos de sacarte del presente. Tiene infinidad de medios, recursos y artimañas que parecen legítimas para envolverte y distraerte del presente. Una de sus preferidas consiste en decirte lo siguiente:

“El día que tengas esto o seas aquello podrás ser feliz.” – “El día que se aparte de tu vida la sombra del pasado, estarás en paz.”

Las víctimas suelen sentirse impotentes para poder actuar, no ven posibilidades, ni elecciones, solo saben reaccionar. Se ven atrapadas frecuentemente en situaciones injustas que les rebasan y ahogan. Se enferman y maldicen. Viven enojadas y con resentimientos. Su paz depende de lo que otros hagan y como les favorezca.

Es así como te han enseñado a existir. Sobreviviendo cada día a situaciones que no puedes apartar de tu vida. Arrastras una profunda esclavitud. Te has convertido en codependiente emocional de otros.

Sólo cuando comprendas que puedes elegir, te apartarás del ego que te llena de desdicha, por vez primera te reconocerás como amo de tus experiencias, dejarás de ser un esclavo de una mente disfuncional y su producto.

Esperabas algo y no sucedió? - Tu ego está destrozado porque no sabes vivir sin el aprecio y reconocimiento de los que te rodean? - Te sientes desdichado por tu mala fortuna? – Obsérvate - siempre lamentándote y decepcionado de la vida - Entra en contacto con tu reactividad mental y emocional.

No comprendes porque reaccionas ante ciertos eventos de forma inconsciente?

Comienza por buscar el ego disfuncional en tu persona, reconoce sus diversas caras, deja de pensar en el ego de los demás (esto no es asunto tuyo).

Cuando te sientas desdichado, para de sufrir, cierra los ojos, respira profundo e intenta percibir la presencia que se te oculta.

Enfoca tu atención en el presente, toma algo entre tus manos y comienza a frotarlo vigorosamente, las cosas no suelen ser lo que parecen, sigue frotando hasta retirar la capa superficial del ego. Te darás cuenta que donde creías estar solo existen dos presencias. Una de ellas es falsa. Tomar consciencia de ello, es el principio de tu liberación.

Ver tu propio ego. Mirarlo al desnudo, te hace consciente de su presencia.

No te presures en tratar de abandonarlo; sólo obsérvalo. Cuanto más lo observes, más consciente te harás... De repente, un día, descubrirás que ya no te identificas con él, le has abandonado. “Cuando cae por sí mismo, sólo entonces cae.” - No hay otra forma de que esto suceda. Tú no puedes abandonarlo prematuramente. No puedes presionarle o forzarle a salir de ti. - Cae al igual que una hoja seca de un árbol, no necesitas hacer nada, excepto ser consciente de su presencia para que esta se debilite y marchite.



Cuando dejas de identificarte con lo que consideras inapropiado, cuando dejas de valorarte y depender del mérito. Cuando tan solo percibes lo que sucede a tu alrededor como aire pasajero, sabrás que las hojas secas se las lleva el viento y que todo por su propio peso caerá.

Cuando maduras a través del poder de la consciencia, obtienes la comprensión que te permite reconocer que el ego es la causa de todas tus desdichas. Sabrás que el ego muere cuando dejas de alimentarlo.

Cuando tomas consciencia de tu presencia, la mente y su producto dejan de gobernarte, se convierten en súbditos al servicio de tu consciencia.Tu presencia, ese verdadero centro le puede llamar como quieras; Alma, el Yo Soy, Dios, la verdad, el Espíritu, el Ser. Todos los nombres vienen bien. Lo que importa es la experiencia. La Presencia del Ser, supone no mente, no hay ego, no hay identificación con alguna identidad. Solo consciencia y sentimiento en el presente.

Algunos de los conceptos aquí presentados fueron tomados del Libro - OSHO, Más allá de las fronteras de la mente. La edición y su ampliación por parte de Ari Shemoth.




¿ES REAL EL MUNDO FÍSICO?


Francisco Nieto


Hay personas a quienes no les gusta oír decir que el mundo físico no es real sin darse cuenta que, al igual que
el cuerpo físico, solo es real para los sentidos, para el cerebro y para el aspecto personal de la mente
pero no para el verdadero Yo; veamos por qué se afirma esto. La ciencia descubrió hace ya muchos
años que la materia no existe porque todas las formas o cuerpos están compuestos de átomos y
éstos, a su vez, de diferentes partículas “energéticos” (protones, neutrones, electrones, quarks....) Con
esta primera conclusión ya podemos afirmar que la materia no es tal sino “energía” pero ¿Por qué vemos
formas materiales? pues porque nuestros ojos sólo perciben una determinada escala de
vibraciones, esto es, están capacitados para percibir determinados parámetros pero no todos,
como es el caso del calor, los rayos X o la electricidad.

Lo mismo que hay ojos que no ven, otros que ven poco, y otros que ven lo normal, hay algunos, pocos,
entre los mortales, que perciben vibraciones más elevadas de las que normalmente percibimos la mayoría
y por tanto ven formas energéticas y partículas etéricas que están más allá de la materia física reconocida;
éstos son los llamados clarividentes. Esto, aunque algunos no lo crean, es demostrable puesto que
se ha descubierto que el átomo se divide en otras partículas y éstas, a su vez, en otras. Para demostrarlo
solo tenemos que poner un ejemplo: Imaginemos que nos hicieran unas gafas con la tecnología con la
que han descubierto las divisiones del átomo mencionadas ¿Qué ocurriría si las lleváramos puestas?
pues que no veríamos el mundo físico ni sus formas materiales sino que veríamos un mundo de partículas
energéticas en movimiento (similar a lo que ve un clarividente) Y si esa clase de visión fuera nuestra
visión desde que nacemos hasta que nuestro cuerpo muere ¿nos atreveríamos a decir que el mundo
es material? Y, por el contrario, ¿No tacharíamos de loco a quien dijera que existe un mundo de
una materia más densa llamado mundo físico?

Razonando lo anterior es fácil que alguien se pregunte ¿Entonces para quién es real el mundo físico?
La respuesta es “para los ojos” que solo perciben las vibraciones de las formas físicas y nada más, para
los oídos que perciben los sonidos que también entran dentro de las vibraciones más bajas de la escala
y que no suele pasar de mil y pocas vibraciones; y en general, lo que se refleja en el cerebro por medio
del sistema nervioso y los sentidos. Como ya sabemos, esas vibraciones (ondas de luz, impactos
físicos y sonidos) que llegan al cerebro como impulsos eléctricos o nerviosos, se reflejan para que los
capte la mente. ¿Podríamos decir que es la mente la que percibe las formas físicas? No exactamente,
la mente recrea las imágenes que perciben los ojos y que registra el cerebro, pero eso no significa que
sean reales para ella puesto que la mente es sólo el instrumento para ponernos en contacto con el
mundo físico,para conocer y para pensar; si este mundo no fuera
físico sino etérico, percibiría imágenes etéricas.

Pero, en realidad, esto tampoco nos aclara la pregunta porque no es la mente la que ve sino el yo personal
(el que conoce el mundo físico) siempre que tenga la conciencia en dicho mundo . Por ejemplo, cuando
dormimos no somos conscientes del mundo físico porque nuestra conciencia no está en él sino en los
mundos superiores y en los cuerpos superiores de “deseos” y “mental”. Luego entonces, ¿Quién
percibe el mundo físico? pues el Yo superior, pero el Yo superior tampoco es físico puesto que
se manifiesta como voluntad y como conciencia. El Yo como voluntad domina a la mente,
(pensamos lo que queremos y cuando queremos) la mente domina a los deseos y sentimientos, y
los deseos y sentimientos dominan y son el aliciente para que el cuerpo físico actúe. El Yo como
conciencia tampoco es físico ni está en ningún lugar concreto porque, como sabemos, mi conciencia
(yo) puede estar centrada en este artículo mientras lo escribo o puede estar, a continuación, en el
lugar que yo desee cuando me ponga a pensar en él esté en este planeta o fuera de él.

Supongamos que las partículas de una forma física densa tienen un grado vibratorio de 800,
que el humo tiene 1000, y la electricidad, que no vemos pero que hemos conseguido manejarla,
de 1200. Podríamos afirmar (como enseña la filosofía oculta) que:

1º.- La energía que mueve el cuerpo es superior en su grado vibratorio que éste.
2º.- Que los deseos que impulsan al cuerpo físico están en un nivel superior aún que dicha energía.
3º.- Que la mente y los pensamientos que gobiernan los deseos tienen
también un mayor grado vibratorio que éstos.
4º.- Que el Yo, que está capacitado para gobernar todo lo anterior, está en un nivel o
plano vibratorio mucho más elevado que los pensamientos.

Así es que, las formas físicas son reales para los sentidos del cuerpo físico, pero a
partir de ahí ya no son reales para el yo puesto que éste vibra muy por encima de esas
formas y las percibe en forma de vibración o imágenes etéricas a través de esos
niveles que llamamos de deseos, sentimientos y mentales.

Un objeto que produce placer es físico para los sentidos físicos, pero en el nivel de los deseos y
sentimientos ya no lo es puesto que se transforman en una sensación, (y ésta, por lo general,
en otro deseo) y esta sensación, junto a la imagen que perciben los ojos, se presenta ante la
mente como otra imagen pero de materia mental y por lo tanto no física. Así es que el Yo
no percibe nada físico sino una reproducción mental, cuya vibración está en una nota más alta
que la física como la voluntad está en una escala vibratoria por encima de los pensamientos y sentimientos.

Veamos otra manera de comprender que el mundo físico no existe para el yo. El Yo se ha creado
gracias al hecho de “conocer”, o sea, el conocimiento está en él; si no hubiera “conocido” no habría
podido separarse como un yo de todo lo que le rodea. Cuando se conoce algo se toma conciencia
de ello y se guarda una imagen mental y una sensación, la cual, en la siguiente ocasión puede
hacer que nos sintamos atraídos o no o que seamos indiferentes, pero de cualquier forma esa
imagen no es física. El yo conoce por medio de las vibraciones que le llegan, así es que, las
vibraciones de los objetos que no le llegan no las conoce y por tanto no existen
para él puesto que no es consciente de ellos.

Sabemos que lo que llamamos materia física es la condensación o manifestación de fuerzas invisibles
infinitamente superiores (es materia más sutil) a lo que conocemos, que llegan al mundo físico gracias
a que sus vibraciones se hacen mucho más lentas y las conocemos como moléculas, células,
neuronas, etc. Podríamos decir, por tanto, que una naranja tiene materia sólida, líquida y gaseosa,
pasando después a las partículas energéticas que conocemos (átomos con sus protones, electrones,
neutrones, quarks,..) y otras que no conocemos y que ponemos como, por ejemplo, la vida que
hace que se forme la naranja, las fuerzas que hacen la digestión sin que nos demos cuenta, o las
que forman el polluelo en el huevo. Así es que, de lo que no se toma conciencia no se conoce
pero, además, de lo que conocemos, podemos llegar a la conclusión de que es el resultado de la
combinación de fuerzas invisibles y energías. Y todo esto ¿Con qué intención fue hecho? pues
con la misma con que nos fue facilitado el cuerpo físico con sus sentidos, o sea, con la intención
de que tomáramos conciencia del mundo físico para autoconocernos como un yo y
evolucionar gracias a los sentidos y a las experiencias.

Resumiendo, si no tuviéramos los sentidos (como no los tienen las plantas) el mundo físico no existiría
para nosotros puesto que no seriamos conscientes de él. Lo que significa que es el Yo o conciencia,
según su estado evolutivo, quien percibe las formas (gracias a la luz) según su grado vibratorio, lo
que quiere decir que, por el hecho de no ser conscientes de vibraciones más lentas que las que
perciben nuestros ojos, no significa que no haya otras formas más densas aún que las que vemos.
Y si existen dichas formas más densas, como así creo, nuestra materia sería una materia etérica
en relación con ella puesto que su vibración sería más elevada como lo es la
del gas respecto al líquido y éste respecto al sólido.

Sin embargo, y en el mismo supuesto, nosotros no consideraríamos real a ese mundo más
denso como no considera real el Yo al nuestro. Cuando estamos en un lugar y nos vemos
rodeados de objetos, nuestra conciencia hace que el yo se sienta en ese lugar pero, si
ese yo o persona cierra los ojos y concentra su mente en otro lugar donde no reciba
impresiones de objetos ni del mundo físico, entonces el mundo desaparecerá para él,
por tanto, el mundo existe cuando nuestra conciencia vibra en respuesta
a los objetos que perciben los sentidos.

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